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En muchos países existen ambos tipos de personas: personas naturales y persona jurídicas.
Una persona natural es aquella persona física, el individuo, el ciudadano de carne y hueso, como dirían algunos. Esta persona tiene deberes y derechos, así como puede comprometerse a título personal.
Si decides iniciar una empresa como persona natural, el dueño de la empresa es quien tendrá todas las obligaciones de la empresa a su cargo. ¿Qué significa esto? Que todas las deudas y compromisos estarán a su nombre, siendo él quien tiene que hacerle frente en caso de algún incumplimiento, incluyendo hasta con su patrimonio individual y/o familiar.
Dado el caso, no se cancela una deuda, el dueño estará obligado a responder ante la persona a quién se le adeude el dinero con su propio patrimonio, lo que podría llegar a convertirse en un embargo de sus bienes personales.
Por otro lado, la persona jurídica es aquella persona que no existe físicamente, ya que sólo tiene vida en el mundo jurídico, es una ficción.
Considerando que inicias una empresa como persona jurídica, la responsabilidad y todas las obligaciones que adquiere la empresa serán a nombre de la sociedad, y no de su dueño. ¿Qué significa esto? Que todas las deudas y compromisos estarán a nombre de la sociedad o persona jurídica y sería sólo ella la responsable de hacerle frente a las consecuencias de sus actos.
Retomando el caso de no cancelar una deuda, solamente el patrimonio de la persona jurídica estaría en riesgo, lo que permite proteger los bienes personales del dueño.